jueves, 9 de abril de 2009

Bonita

Se conectó, me escribió... yo temblé. Un par de dudas y me confirmó.

Absolutamente hipnotizada hoy, de sus besos, de su piel, de su olor, de sus manos, de todo él. Nos juntamos, fuimos directo a encerrarnos. Yo temblaba en todo el camino, de miedo a que nos vieran, de miedo de no querer hacer lo que iba a pasar, de miedo de él, y por sobretodo miedo de mí. De que esto que yo siento no sea sólo un capricho y sea un profundo e inscontante amor.

Llegamos, un par de conversaciones, yo: nerviosa; él, parecía normal, se tendió en la cama a fumar y yo temblaba, con ganas de salir de ahí, o de largarme a llorar.

Me tendí a su lado, me dió la mano y la acaricié... terminó su cigarro, se volvió hacia mí, y me besó... y yo, volé, y se me olvidaron los miedos, y se me olvidó mi vida, y se me olvidó mi restricción de amarlo. Y recordé lo excitante de sus besos y de su cuerpo, de como llegaba a mi alma, como me inquietaba el vientre.

Nos tocamos, nos besamos, nos amamos. Yo moría en ese momento si él me lo pedía, yo me fugaba con él si así lo quería. Completamente suya, completamente entregada en todos mis sentidos. Me sacié de besarlo y tocarlo, me cobré de todo el tiempo que se nos debía.

En ocasiones abría los ojos para mirarlo, a veces nos topamos con la mirada, y me sentía feliz. Feliz de que mirara absolutamente concentrado en mí. En ocasiones pensaba en si entraba en comparaciones... rápidamente me deshice de esos pensamientos. Pensaba que debía consumirme completa, porque solo tendríamos esa oportunidad.

Una noche sin tiempo, sin lugar en la vida. Ambos desaparecidos de todo dolor, de toda culpa, de todo recuerdo.

Hoy... absolutamente enamorada de lo que vivimos anoche.
Hoy... disfrutando de las sensaciones que se quedaron conmigo.
Hoy... escuchando a Silvio todo el día.
Hoy... sin ganas de hablarte, Tú no eres el que camina por la calle. Tú eres el que me besa, como si de mi boca respirara.

Esta vez, la canción va completa:



"Si fuera diez años más joven, qué feliz
y qué descaminado el tono de decir:
cada palabra desatando un temporal
y enloqueciendo la etiqueta ocasional.

Los años son, pues, mi mordaza, oh mujer;
sé demasiado me convierto en mi saber.
Quisiera haberte conocido años atrás
para sacar chispas del agua que me das,
para empuñar la alevosía y el candor
y saber olvidar mejor.

Esta mujer propone que salte y me estrelle
contra un muro de piedras que alza en el cielo
y como combustible me llena de anhelos,
de besos sin promesa y sentencias sin leyes.

Esta mujer propone un pacto que selle
la tierra con el viento, la luz con la sombra;
invoca los misterios del tiempo y me nombra.

Esta mujer propone que salte y me estrelle
sólo para verle,
sólo para amarle,
sólo para serle,
sólo y no olvidarle.

Con diez años de menos, no habría esperado
por sus proposiciones y hubiera corrido
como una fiera al lecho en que nos conocimos,
impúdico y sangriento, divino y alado.

Con diez años de menos, habría blasfemado
con savia de su cuerpo quemaría los templos
para que los cobarde tomaran ejemplo.

Con diez años de menos, hubiera matado
sólo para verle,
sólo para amarle,
sólo para serle,
sólo y no olvidarle."

Fidji



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