miércoles, 19 de agosto de 2009

Temores

Él sentía miedo, de todo.

Miedo de amarme y de que yo lo amara, miedo de no amarnos. Miedo del futuro y del pasado, de las posibilidades. De herir, de no herir... de todo.

Y en esos miedos se nos fueron los meses lindos que tuvimos, porque él se entregó, pero un día se dio cuenta que se había entregado y volvieron sus miedos. En ese momento me dejó.

Sintió miedo de no ser para mí. Miedo de que yo fuera para él.

Ególatra el hombre, siempre cuidando la posibilidad de que alguien lo ame demasiado.

Y en esas divagaciones un día decidió que yo no debía sufrir por él. Sin preguntarme, sin avisarme, fui irrelevante en su decisión. Solo importó él, y sus miedos.

Eso es lo que me duele, el desamor era parte de las posibilidades. Alejarse para que yo no sufriera era ridículo. Altruismo barato. Lo que primó fue su miedo.

"Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan ahí"

una vez más, recordando lo irremediable. Fidji

2 comentarios:

  1. Lo siento, cielo.

    Yo, en estos casos, prefiero el olor de una piel nueva a guardar las sábanas viejas.

    Un beso.

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  2. Mi querida Candela Bienvenida!

    A veces no es tan fácil dar vuelta la hoja, algo adictivo tiene esta sensación.

    Besos

    Fidji

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